A la una de la tarde, cuando el calor aprieta, el hambre pesa más. En Tuxtla Gutiérrez, un comedor comunitario reúne a familias migrantes de Venezuela, Honduras y Guatemala que comparten alimentos y esperanza. Aunque no se conocen, los une la necesidad de un mejor futuro. Cada día, alrededor de 65 personas reciben un menú sencillo preparado con cariño por cocineras solidarias. En diciembre, la nostalgia se intensifica, pero en esta mesa improvisada encuentran apoyo, compañía y un respiro emocional lejos de casa.
¡ÚNETE A NUESTRO CANAL DE DIFUSIÓN DE WHATSAPP Y ENTÉRATE DE LA INFORMACIÓN AL MOMENTO!
CLIC AQUÍ