El MTV Unplugged in New York de Nirvana, grabado en noviembre de 1993 y publicado póstumamente, ha sido catalogado como uno de los mejores álbumes en vivo de la historia, incluso ganador de un Grammy. Sin embargo, más allá de su impecable calidad musical, este íntimo concierto acústico es objeto de una sombría fascinación: muchos seguidores y analistas creen que fue un ritual de despedida no intencional. La atmósfera introspectiva de Kurt Cobain y los elementos de la decoración, solicitados por el propio vocalista, sugieren que aquel día el líder de la banda de grunge se estaba despidiendo de su público y de la música.
Elizabeth Marina.
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