En las calles de Tuxtla Gutiérrez, Doña Carmita, una mujer de la tercera edad, camina cada día vendiendo chicles y dulces para sostener a su esposo enfermo. Él padece síndrome miccional y perdió gran parte de la vista tras una cirugía reciente, lo que lo obliga a usar pañales y cuidados constantes. Sin un lugar fijo para vender, ella lo guía del brazo entre el tráfico y las avenidas, enfrentando el cansancio y la falta de recursos. Su historia refleja amor, esfuerzo y la dura realidad que viven muchos adultos mayores en la capital chiapaneca.
Reynaldo Esquinca
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