Un hombre en Ghana, Ebo Noah, se autoproclama profeta y asegura que el fin del mundo llegará el 25 de diciembre de 2025 debido a un “gran diluvio”. Afirma tener instrucciones divinas para construir ocho enormes arcas para un grupo selecto de sobrevivientes. Su proyecto está casi terminado, y animales ya están llegando solos. La historia se viraliza globalmente entre fascinación y escepticismo.