En Chiapas, el trabajo abunda, pero no alcanza. El 76.1% de los chiapanecos se gana la vida en la informalidad, sin acceso a seguridad social, prestaciones ni estabilidad, revelan cifras del INEGI. Situación que día a día padecen chiapanecos como Arcadio, él es originario de Nuevo Juan del Grijalva, municipio de Ostuacán, sin embargo, radica en Tuxtla Gutiérrez en donde dice ha trabajado vendiendo ropa, lavando carros y actualmente, vende dulces en los cruceros, pues debido a que perdió una pierna, nadie le da trabajo, afirma que pese a ser ganadero, vive del trabajo informal, con sus ciento cincuenta pesos diarios que estira para apenas pasar el día.
El gobernador de Eduardo Ramírez Aguilar desde su campaña habló de una nueva era para los chiapanecos pero todo ha quedado en compromisos de campaña, pues hasta ahora, de acuerdo con la Secretaría de Economía y del Trabajo de Chiapas, el sueldo promedio en el estado es de 5,350 pesos mensuales, una cifra que apenas alcanza para sobrevivir en medio de la inflación y el alza en productos básicos. Los hombres ganan, en promedio, 5,390 pesos, mientras que las mujeres reciben 5,260 pesos, lo que refleja también una brecha de género persistente.
Ejemplo de ello, Doña Edilia, recolectora de pet desde hace tres años, afirma no hay cabida para ella en ningún espacio laboral, pasa los 55 años y anteriormente era empleada doméstica pero la situación dice era un poco peor a los 80 pesos que actualmente saca al día vendiendo botellas de refresco, algunos otros recipientes de pet y de vez en cuando también cartón. “Con eso, puedo comprar 30 pesos de bisteck, mi tomatito y mi renta al fin del mes”.
En el Chiapas gobernado por Ramírez Aguilar tener trabajo no necesariamente significa vivir con dignidad, aseguran los ciudadanos. Las cifras oficiales pintan un escenario de empleo, pero la mayoría de los trabajadores lo hace en condiciones precarias, sin derechos laborales y con salarios que no cubren ni lo básico. La informalidad no es una opción: es, para muchos, la única salida.