El escultor chiapaneco Robertoni Gómez ha encontrado en el barro el vehículo perfecto para continuar y renovar el legado artístico de su padre. Desde muy joven, Robertoni se adentró en el mundo de la cerámica, desarrollando una técnica que fusiona la tradición ancestral con un discurso propio que transita entre lo figurativo y lo abstracto. Su trabajo no solo honra la herencia familiar, sino que enriquece el arte chiapaneco con sensibilidad y una constante exploración de nuevas formas de expresión. Conoce la trayectoria de este artista en Tuxtla Gutiérrez y cómo sus piezas cobran vida entre el fuego y la tierra.

Reynaldo Esquinca.

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