El sarampión sigue siendo una amenaza latente para la salud pública, especialmente en poblaciones no vacunadas. Esta enfermedad viral, altamente contagiosa, inicia con una fiebre superior a los 39 grados, acompañada de tos seca, congestión nasal y conjuntivitis. Las autoridades de salud enfatizan que la vacunación es la única barrera efectiva para prevenir brotes y proteger a los más vulnerables.