Mónica Grajales, madre de tres, vive en Tuxtla Gutiérrez. Desde que Nico fue diagnosticado con una secuela neurológica, su maternidad se transformó en un acto de reinvención. Aprendió a sanar, a abrazar lo distinto y a criar con amor profundo. Su historia inspira y recuerda que, aunque la maternidad no siempre es como se espera, el amor de una madre lo puede todo.
JACQUELINE VELASCO
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