Pero, contra todo pronóstico, no hubo mordidas. Solo un intercambio intenso de ladridos antes de que cada grupo tomara rumbos distintos. Como bien dice el refrán: “Perro que ladra… no muerde”.

TE PUEDE INTERESAR: ¡Zeus enojado! Potente rayo cae en Carolina del Sur provocando cortes de energía y congestión vehicular