En los últimos meses, un fenómeno meteorológico conocido como “tormenta negra” ha captado la atención de las autoridades en Sudamérica, generando preocupación por sus posibles efectos en la salud pública. Aunque el nombre puede sonar apocalíptico, no se trata de un huracán o un evento extraordinario, sino de un tipo de lluvia cuyas características se ven alteradas por la contaminación atmosférica.
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¿Qué es la “Tormenta Negra” y por qué se produce?
La “tormenta negra” se refiere a la precipitación que, en lugar de ser transparente, adquiere un color oscuro o turbio, que puede variar entre rojizo, gris o marrón. Este fenómeno es el resultado de la combinación de lluvia con una alta concentración de partículas contaminantes en el aire, como hollín, cenizas, polvo o aerosoles. Estas partículas provienen de diversas fuentes, incluyendo incendios forestales, la quema de combustibles fósiles, y la actividad industrial.
Cuando la humedad de la atmósfera o los frentes fríos interactúan con estas nubes de contaminación, las partículas se adhieren a las gotas de agua, oscureciéndolas y cayendo como una lluvia visiblemente sucia. Este evento subraya la estrecha relación entre la calidad del aire y los patrones climáticos, mostrando cómo la polución puede manifestarse de formas tangibles y alarmantes.

¿Podrían registrarse zonas afectadas riesgos en México?
Hasta la fecha, la “tormenta negra” se ha registrado principalmente en países de Sudamérica como Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Su aparición en estas regiones se ha vinculado directamente con los masivos incendios forestales en la Amazonía y Bolivia, que han liberado grandes cantidades de humo y cenizas a la atmósfera.
Aunque en México no se ha confirmado la presencia de este fenómeno, las autoridades meteorológicas no descartan su posible aparición, especialmente en grandes ciudades con altos índices de contaminación atmosférica. La combinación de lluvias con niveles elevados de partículas contaminantes podría generar el mismo efecto, por lo que es un escenario que se debe monitorear con atención.
¿Cuáles podrían ser los impactos en la salud y recomendaciones?
El mayor riesgo de la “tormenta negra” radica en sus efectos sobre la salud de la población. Las partículas contaminantes disueltas en la lluvia, aunque diluidas, pueden ser peligrosas. Expertos en salud han advertido que la exposición a este tipo de precipitación puede tener los siguientes efectos:
- Afectación respiratoria: Las partículas finas pueden penetrar en los pulmones, agravando condiciones preexistentes como el asma y la bronquitis crónica. En casos de alta concentración, incluso pueden llegar al torrente sanguíneo.
- Problemas oculares: El contacto con las gotas de lluvia contaminadas puede causar irritación y comprometer la salud de los ojos.
- Grupos vulnerables: Niños, adultos mayores y personas con enfermedades respiratorias son particularmente susceptibles a estos riesgos.
Ante la posible llegada de este fenómeno, las autoridades recomiendan tomar precauciones básicas. Se aconseja a la ciudadanía evitar la exposición directa a la lluvia. El uso de paraguas puede ser una medida simple pero efectiva para prevenir el contacto de las gotas con el rostro y la piel. Mantenerse informado a través de los canales oficiales es crucial para actuar de manera preventiva y proteger la salud de la comunidad.
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