Una inusual explosión en un apartamento ruso sorprendió a los equipos de emergencia: un perro, solo en casa, encendió accidentalmente una estufa, provocando que un aerosol detonara. La fuerte onda expansiva derribó la puerta principal. Milagrosamente, el perro resultó completamente ileso. Las autoridades recuerdan la importancia de mantener objetos inflamables lejos de fuentes de calor y asegurar los dispositivos para evitar que mascotas curiosas causen accidentes.


















