La Lengua de Señas Mexicana (LSM) es una lengua reconocida por ley en México desde 2005 y es patrimonio lingüístico nacional. Educadores insisten en que lo correcto es llamarla “lengua” y no “lenguaje”, un acto de respeto hacia la comunidad sorda. La LSM es gestual y busca una sociedad más inclusiva y humanista. Aprenderla (con niveles básico, intermedio y avanzado) es clave para reconocer y valorar las capacidades diferentes.