El fenómeno climático de La Niña, cuyo retorno se anticipaba para el primer semestre de 2025, no se ha materializado. Esta ausencia inesperada ha cambiado las proyecciones estacionales y ha creado una incertidumbre climática, justo cuando se esperaba que actuara como un contrapeso temporal al calentamiento global.
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Finaliza el fenómeno de La Niña en 2025
Según informes del Centro de Predicción Climática de la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos) y el Centro Europeo, los modelos indicaban un enfriamiento progresivo de las aguas del Pacífico ecuatorial. Sin embargo, estas se han mantenido en rangos neutros, marcando el fin prematuro de un breve periodo de La Niña que, según la NOAA, se manifestó en diciembre de 2024 y se disipó en marzo de 2025.
El fin de este fenómeno se declara cuando la temperatura de la superficie del océano en la región Niño se mantiene dentro del rango normal durante tres meses consecutivos, después de haber estado al menos 0.5 °C por debajo del promedio histórico.
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¿Qué es y por qué es tan importante La Niña?
Este fenómeno, caracterizado por temperaturas oceánicas más frías de lo normal en la región Niño del Pacífico central, suele influir significativamente en los patrones climáticos a nivel global. Tradicionalmente, La Niña actúa como un freno temporal al calentamiento global, enfriando la superficie del océano y alterando la circulación atmosférica. Su ausencia no solo elimina este alivio, sino que también introduce una mayor complejidad en la predicción de eventos meteorológicos extremos.
Consecuencias globales de la ausencia de La Niña
La desaparición inesperada de La Niña ha generado preocupación entre los científicos, quienes ven en este evento una posible señal de que el sistema climático global está comenzando a romper sus ciclos naturales.
- Sequías e inundaciones: La Niña generalmente disminuye las probabilidades de lluvia en regiones como Australia, el sudeste asiático y el norte de Sudamérica. Su ausencia implica una menor certeza sobre los patrones de precipitación en estas áreas. Por otro lado, zonas como el sur de Estados Unidos o el Cuerno de África podrían experimentar lluvias más intensas de lo previsto debido al fortalecimiento de condiciones neutrales cálidas.
- Temporada de huracanes en el Atlántico: Durante años, La Niña ha contribuido a debilitar los vientos en altura, un factor que facilita la formación de huracanes más intensos. Sin su influencia, los modelos sugieren una actividad ciclónica menos predecible. Si bien algunos expertos advierten que las aguas más cálidas del Atlántico, impulsadas por el calentamiento global, podrían compensar esta ausencia y generar tormentas igualmente destructivas.
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