En el corazón de Tuxtla Gutiérrez, en el emblemático Mercado Andador San Roque, una mujer ha forjado su historia a lo largo de más de tres décadas. Doña Lety no es solo una comerciante más; es un pilar de la tradición artesanal chiapaneca. Con sus manos, ha mantenido vivo un pequeño negocio que hoy es un tesoro de canastas, petates, lámparas y juguetes tradicionales. Su puesto es una ventana al alma de Chiapas, un testimonio de la resistencia de quienes, a pesar del paso del tiempo y los altibajos, siguen apostando por el encanto del comercio local y la identidad cultural de la región.

Reynaldo Esquinca.

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