El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha informado sobre la posible formación de una zona de baja presión en las aguas del Océano Pacífico, al sur de las costas de Guerrero, Michoacán y Colima. Esta formación, que ya presenta un 50% de probabilidad para desarrollo ciclónico en 7 días, mantiene a las autoridades en vigilancia ante una posible nueva amenaza de ciclón para el territorio mexicano.
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Conagua está monitoreando la evolución de este sistema, que podría transformarse en un ciclón tropical en los próximos días. Si bien aún es temprano para determinar su trayectoria y potencial impacto, se mantiene vigilancia constante para la emisión de alertas tempranas.
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¿Qué es una zona de baja presión y cuáles son sus afectaciones?
Una zona de baja presión es un área atmosférica donde la presión del aire es menor que en sus alrededores, formándose cuando el aire cálido asciende y deja un vacío. Estas zonas están directamente asociadas con el “mal tiempo”, ya que el aire ascendente se enfría, condensa su humedad y genera nubes y precipitaciones, desde lloviznas hasta lluvias torrenciales. Además, provocan vientos que giran en torno al centro de baja presión y crean inestabilidad atmosférica, lo que puede desencadenar tormentas eléctricas o granizo.
Si una baja presión se forma sobre aguas oceánicas cálidas y se organiza, puede intensificarse hasta convertirse en un ciclón tropical, que ya representa una amenaza mayor con lluvias torrenciales, vientos destructivos, marejada ciclónica y oleaje elevado, conllevando riesgos significativos de inundaciones y daños.
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