En estos tiempos, todos disfrutamos de tomar una pequeña siesta después de un largo día, aunque parecería un hábito que solo se hace por flojera o cansancio, la realidad es que tomar una siesta tiene muchos beneficios para la salud, aquí te contamos todo para que puedas sacarle el mayor beneficio.
¿Qué es una siesta?
Para iniciar vamos a definir que es una siesta y porque se le considera así, la palabra “siesta” viene del latín “sexta”, anteriormente, los romanos se referían a la hora sexta, seis horas después del comienzo de la jornada, para definir el momento del día en que hace más calor y resulta más pesado emprender cualquier acción, por lo que lo mejor es ponerse a descansar, de ahí se deriva la idea se “siesta” como un pequeño descanso o periodo de sueño.
Científicamente está comprobado que solo los humanos duermen una sola vez al día, el resto de los animales son durmientes polifásicos; es decir, alternan fases de sueño durante todo el día. Con el paso de los años y con la adaptación y evolución del estilo de vida, los humanos ahora duermen menos horas de sueño, dejando de lado la premisa de que un buen descanso es necesario para mantenerse saludable.
¿Cuáles son los beneficios de tomar una siesta?
Muchos especialistas abordan la idea que una pequeña siesta puede aportar muchos beneficios a los humanos, por lo que ya se han realizado diferentes estudios para corroborar los datos, estos son algunos de los pros de tomar una siesta durante el día:
Facilita el aprendizaje y Aumenta la concentración: De las razones más conicidad pero que ya fueron comprobadas por un estudio de la Universidad de Berkeley, indica que las personas que duermen una siesta rinden más y aumentan en un diez por ciento su capacidad de aprendizaje. La falta de sueño podría ocasionar que durante el día sea menos productivo, por lo que , aunque sea una siesta de 10 minutos, contribuyen a mejorar el razonamiento. El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nuevos datos.
Previene enfermedades cardiovasculares: Estudios revelan que la siesta ayuda a disminuir en un 37 por ciento el estrés y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, pues no dormir bien incrementa la producción del cortisol, hormona que en exceso en el cuerpo aumenta la intolerancia a la glucosa y a la grasa, debilita el sistema muscular e inmunológico y disminuye los niveles de la hormona del crecimiento.
Reduce la tensión arterial: Un estudio del Allegheny College de Pennsylvania demostró que quienes duermen una siesta diaria de entre 45 minutos y una hora tras haber soportado un día de estrés y tensión psicológica logran disminuir la presión arterial y el ritmo cardiaco.
Estimula la creatividad: Un equipo de neurólogos de la Universidad de Georgetown asegura que la siesta aumenta la creatividad y estimula la actividad de la zona del cerebro (el hemisferio derecho) que se asocia con esta capacidad.
Mejores reflejos: Un estudio de la NASA a 747 pilotos demostró que aquellos que dormían una siesta diaria de 26 minutos cometían un 34% menos errores en el trabajo y duplicaban sus niveles de alerta.
Mejora el estado de ánimo. La serotonina es un neurotransmisor que regula el sueño, el apetito y el estado de ánimo. Al dormir nuestro cerebro se llena de serotonina, lo que nos proporciona una sensación de satisfacción y bienestar.
¿Cuándo debo dormir una siesta?
Lo ideal debería ser todos los días por la tarde, pero si no puedes hacerlo de esta forma, intenta cuando se te presenten estos panoramas:
- Si sientes fatiga repentina o somnolencia inesperada,
- Si estás a punto de perder horas de sueño o desvelarte}
- Si estás enfermo o has tenido días de mucho estrés o carga laboral
- Si recientemente sufriste o recibiste alguna noticia que alteró tus nervios
- Si practicas rutinas intensas o deporte excesivo