La actividad volcánica se concentra en el cráter, donde se han abierto varias fisuras que expulsan lava incandescente, gases tóxicos y columnas de humo visibles a kilómetros. El Servicio Geológico de Estados Unidos reporta altos niveles de dióxido de azufre, lo que podría afectar la calidad del aire en áreas cercanas.